A pesar que mi mamá nos dejo hace poco, soy feliz,
porque en momentos de la vida como estos es cuando aprendes a apreciar a los
que te quieren.
Soy feliz por contar con el amor y la comprensión de
mis hermanos, primos, tíos, sobrinos, mi abuela; esa gran familia que tengo, en
tamaño y en afectos. Por mis amigos, los que estuvieron cerca y los que a la distancia también
me mimaron, aquellos que todavía hoy me mandan mensajes para saber cómo estoy,
y a los que entendieron mi silencio y no hicieron demasiadas preguntas.
A todos y sobre todo a vos, que cambiaste mi vida y
que haces que todos los días me levante sonriendo, con la certeza de que
no existen los días grises.
A todos y cada uno gracias por tanto amor y por ser
parte de sus vidas.